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Ya de por sí Évora tiene muchos atractivos turísticos, tal como vimos en su momento cuando hablamos sobre qué ver en Évora en 1 día. Pero lo cierto es que si cruzas la frontera de dicho municipio, puedes dar con muchos otros lugares que también merecen la pena. Claros ejemplos son los pueblos que veremos a continuación.
Todos ellos se caracterizan por estar a poca distancia de Évora. Precisamente detallaremos los kilómetros que hay que recorrer para llegar a los pueblos, así como los motivos que dan pie a que sea recomendable visitarlos, tanto solo como acompañado por adultos e incluso por infantes.
Reguengos de Monsaraz
Estamos ante un pintoresco pueblo situado en la región del Alentejo en Portugal. Se trata de un destino que evoca la rica historia, el encanto rural y el patrimonio cultural de la región. Rodeado de hermosos paisajes, viñedos y el imponente embalse de Alqueva, Reguengos de Monsaraz ofrece a los visitantes una experiencia auténtica y relajante en el corazón de Portugal.
Este pequeño pueblo, con sus calles adoquinadas y casas tradicionales encaladas, es una joya que ha sabido preservar su autenticidad a lo largo del tiempo. Su punto focal es el imponente Castillo de Monsaraz, una fortaleza medieval que se alza majestuosamente en una colina y ofrece vistas panorámicas impresionantes de los alrededores. El castillo y las murallas evocan una sensación de asombro y una conexión con la historia, permitiendo a los visitantes retroceder en el tiempo e imaginarse la vida en la Edad Media.
La arquitectura y el ambiente de Reguengos de Monsaraz capturan la esencia del Alentejo, una región conocida por su tranquilidad y autenticidad. Sus estrechas calles empedradas están bordeadas de casas encaladas adornadas con detalles tradicionales, y en cada esquina se pueden encontrar pequeñas plazas y rincones encantadores que invitan a la relajación y la contemplación. Además del castillo, la Iglesia Matriz de Nossa Senhora da Lagoa y el Museo Municipal también son puntos de interés que ofrecen una visión de la historia y la cultura de la zona.
Llegar a Reguengos de Monsaraz desde Évora es relativamente sencillo y ofrece una oportunidad para explorar más de la hermosa región del Alentejo. La distancia entre Évora y Reguengos de Monsaraz es de aproximadamente 56 kilómetros en automóvil, lo que suele llevar alrededor de 45 minutos, dependiendo del tráfico y las condiciones del camino. El trayecto suele seguir la carretera N256 y luego la N382, ofreciendo a los viajeros un recorrido escénico a través del paisaje rural del Alentejo.
Beja
Ubicada en un paisaje ondulado y rodeada de vastos campos, viñedos y olivares, Beja es un lugar que combina la tranquilidad rural con la vibrante historia de Portugal. El corazón del pueblo es el Castillo de Beja, una fortaleza imponente que se alza en lo alto de una colina y domina el horizonte de la ciudad. El castillo tiene raíces romanas y visigodas, pero gran parte de su estructura actual data de la época medieval y se ha conservado magníficamente a lo largo de los siglos. Las murallas, las torres y las vistas panorámicas desde lo alto crean un ambiente mágico que invita a los visitantes a explorar la historia y la grandeza de Portugal.
La ciudad vieja de Beja está repleta de calles adoquinadas, plazas encantadoras y edificios históricos que cuentan la historia de su pasado. La Iglesia de la Misericordia, con su hermoso portal manuelino, y el Convento de Nossa Senhora da Conceição, que alberga un museo arqueológico, son solo algunos ejemplos de la riqueza arquitectónica de la ciudad. El Jardín Público, un espacio verde tranquilo y sereno, es perfecto para un paseo relajante y una pausa del bullicio urbano.
La distancia entre Évora y Beja es de aproximadamente 85 kilómetros en automóvil, así que necesitarás más o menos una hora y media para llegar al destino. Es destacable que existen varias opciones de transporte público, como autobuses que conectan ambas ciudades.
Borba
Ubicada en un paisaje pintoresco de viñedos, olivares y colinas ondulantes, Borba es un destino que combina la belleza natural con la herencia cultural de la región. El corazón de Borba es su centro histórico, un laberinto de calles adoquinadas, plazas pintorescas y edificios de arquitectura tradicional. La iglesia matriz de São Bartolomeu, con su fachada barroca ornamentada, es un destacado punto de referencia que refleja la influencia religiosa en la vida de la comunidad. La ciudad también es famosa por su mármol, y las fachadas de muchas casas y edificios públicos están revestidas con esta piedra preciosa local, lo que crea un paisaje visualmente impresionante y distintivo.
Los alrededores de Borba son un paraíso para los amantes del vino. La región es conocida por su producción de vinos de alta calidad, especialmente vinos tintos y blancos. Los viñedos se extienden por los campos circundantes, creando un paisaje pintoresco que invita a los visitantes a explorar bodegas locales y degustar los sabores únicos de la región. La Ruta del Vino de Borba es una oportunidad para sumergirse en la cultura vinícola del Alentejo y aprender sobre el proceso de producción y la historia detrás de cada copa. Si quieres adentrarte en la cultura gastronómica de la región, no dudes en hacer este tour:
Bastan unos cuarenta minutos para hacer acto de presencia en Borba si vas desde Évora, así que hablamos de un destino bastante próximo del que disfrutarás mucho independientemente de si te gusta o no el turismo enológico. Teniendo en cuenta que en este pueblo hay unos cuantos monumentos, te recomendamos fervientemente que te apuntes a una visita guiada:
Setúbal
Famosa por su enriquecedora historia, paradisíacas playas y exquisiteces culinarias, Setúbal se revela como un destino turístico que proporciona una vivencia genuina e inigualable de Portugal. Uno de los puntos de interés principales en Setúbal se encuentra en su deslumbrante litoral. Ubicada en la ribera septentrional del estuario del río Sado, la ciudad está rodeada por playas de arena dorada de una belleza incomparable. Entre las playas más frecuentadas figuran Praia da Figueirinha, Praia da Galápos y Praia de Galá, todas ellas idóneas para relajarse, darse un chapuzón y deleitarse con los rayos del sol. Además, desde Setúbal es posible embarcarse en emocionantes travesías marítimas para avistar delfines en su hábitat natural en el estuario del río Sado:
👉 Avistamiento de delfines en el Estuario del Sado
Otra atracción emblemática de Setúbal es el Parque Natural da Arrábida. Este espacio natural preservado destaca por sus imponentes montañas, paisajes exuberantes y panorámicas vistas al océano Atlántico. Los senderos y las rutas de senderismo hacen de este parque un paraíso para los amantes de la naturaleza y aquellos que disfrutan de las actividades al aire libre. Si lo deseas, también puedes explorar esta región en un vehículo todoterreno 4×4:
👉 Tour en 4×4 por Arrábida y Cabo Espichel
La fama de Setúbal también se debe a su exquisita oferta culinaria, en particular por sus pescados frescos y mariscos. Los restaurantes locales ofrecen una amplia variedad de platos del mar, entre ellos, la afamada «caldeirada», una sabrosa sopa de pescado y marisco, y el «choco frito», calamares fritos que son un deleite tradicional de la región. Los visitantes pueden saborear estas delicias culinarias en los diversos restaurantes y tabernas tradicionales de la ciudad.
El centro histórico de Setúbal es otro lugar imperdible. Sus calles empedradas, edificios de considerable antigüedad y pintorescas plazas crean un ambiente auténtico y cautivador. La Plaza de Bocage, ubicada en el corazón del casco antiguo, es un rincón popular para relajarse y sumergirse en la vida local.
Además de su rico patrimonio histórico y cultural, Setúbal también cuenta con varios sitios icónicos. El Monasterio de Jesus, una impresionante edificación gótica del siglo XV, destaca como uno de los lugares históricos más notables de la ciudad, albergando un museo de arte sacro. La Fortaleza de São Filipe, erigida en el siglo XVI, brinda vistas panorámicas de la ciudad y el mar desde lo alto de una colina. Algunos de los monumentos previamente mencionados pueden ser explorados desde un tren turístico que, sin duda, te cautivará:
Lisboa
Aunque no se puede catalogar como un pueblo en sí mismo debido a su condición de una de las ciudades más destacadas de Portugal, no puedes dejar de visitar este lugar. Sin importar la época del año en la que decidas explorarlo, sin duda disfrutarás de una experiencia magnífica, como por ejemplo al viajar a Lisboa en febrero.
Es importante resaltar que, pese a su tamaño considerable, no necesitas invertir muchos días en turismo para recorrerla. En realidad, existe la posibilidad de hacerlo en un solo día, siempre y cuando tengas claro qué lugares visitar en Lisboa durante ese tiempo. Para tal fin, consulta nuestro artículo sobre qué ver en Lisboa en 1 día. Además, tendrás la oportunidad de dedicar una parte de ese día a deleitarte con la variada oferta gastronómica que ofrece la ciudad lisboeta, incluyendo los restaurantes románticos en Lisboa.
Ubicada a lo largo de la costa occidental de Portugal, junto al río Tajo, Lisboa fusiona de manera única el encanto de su legado histórico con una vida moderna llena de vitalidad, convirtiéndola en un destino turístico diverso y emocionante. La historia de Lisboa abarca miles de años, dejando su huella en sus calles empedradas y antiguos monumentos. El Castillo de San Jorge, una fortaleza ancestral que se alza majestuosamente sobre la ciudad desde lo alto de una colina, es un testimonio de su rica historia. Los visitantes pueden recorrer sus murallas y disfrutar de panorámicas impresionantes de Lisboa.
Uno de los íconos más reconocibles de Lisboa es el Puente 25 de Abril, que cruza el río Tajo y enlaza la ciudad con la orilla opuesta. Esta estructura colgante, similar al icónico Puente Golden Gate en San Francisco, ofrece una vista impresionante tanto de día como de noche. El barrio de Alfama es otro rincón imperdible en Lisboa. Este encantador distrito, uno de los más antiguos de la ciudad, está repleto de callejuelas estrechas, plazas adoquinadas y viviendas adornadas con vistosos azulejos. Los visitantes pueden perderse en su laberinto de callejones y descubrir encantadoras tiendas, restaurantes tradicionales y bares de fado, donde es posible disfrutar de la música folclórica portuguesa en vivo:
👉 Espectáculo de fado en Chiado
La Torre de Belém es otra joya representativa de Lisboa. Esta torre defensiva del siglo XVI se alza a orillas del río y es un magnífico ejemplo de la arquitectura manuelina, un estilo arquitectónico distintivo de Portugal. Los viajeros pueden explorar su interior y gozar de vistas panorámicas desde su cúspide. Este monumento es uno de los destinos incluidos en el itinerario de este recorrido:
Para los amantes de la cultura y el arte, Lisboa ofrece una variada selección de museos y galerías. El Museo Nacional de Arte Antiguo resguarda una impresionante colección de arte portugués e internacional, mientras que el Museo Nacional del Azulejo es un fascinante espacio para descubrir la historia y la belleza de los célebres azulejos portugueses.
La vida nocturna de Lisboa también es vibrante y diversa, con una amplia oferta de bares, clubes y locales de música en vivo que brindan entretenimiento para todos los gustos. El Barrio Alto es famoso por sus animados bares y sus bulliciosas calles que se mantienen concurridas hasta altas horas de la noche.
Si deseas conectarte con la naturaleza, Lisboa dispone de hermosos parques y jardines. El Parque Eduardo VII es un destino popular para pasear y disfrutar de panorámicas impresionantes de la ciudad, mientras que el Jardín Botánico representa un oasis de serenidad y belleza natural.