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Zúrich es una ciudad europea con muchos encantos, los cuales entusiasman a todos los turistas que optan por viajar a este rincón de Suiza. ¿Sabías que la estancia de algunos de ellos es solamente de un día? Así es, consiguiendo ver todo aquello que es interesante y atractivo.
Para que en un solo día dé tiempo es importante tener claro qué es lo que merece la pena, así como planificar bien la jornada. Haciéndolo así es posible hacer un tour de Zúrich al completo en cuatro horas y media.
Por el día
No hay mejor manera de dar comienzo a tu descubrimiento de Zúrich que observando la ciudad desde las alturas. Lo puedes hacer desde un mirador conocido bajo el nombre de Üetliberg. Eso sí, hay que subir parcialmente una montaña, por lo que deberás tener una mínima condición física para completar la pequeña excursión si pretendes hacerla a pie. Lo más recomendable es ir en metro.
En cualquier caso disfrutarás de unas vistas privilegiadas desde ochocientos metros por encima del nivel del mar. Tanto los edificios de la ciudad como el lago del que hablaremos más adelante son apreciables a la perfección en todos los rincones de este mirador en el que siempre hay bastante gente, pero a primera hora de la mañana estará casi vacío.
Así pues, podrás gozar al máximo de la experiencia sin compartir el espacio con una excesiva cantidad de turistas. Además, a esa hora te sorprenderán las tonalidades de los árboles de la montaña, así como del agua presente en el lago.
Continuando con las actividades relacionadas con la naturaleza, otro enclave turístico que has de ver sí o sí en caso de que pases un día en Zúrich es su jardín botánico. Las más de cinco hectáreas con las que cuenta están repletas de plantas, abarcando un total superior a siete mil especies distintas.
No importa en qué momento del año vayas a estas instalaciones que se construyeron en el año 1833, ya que siempre están floreciendo algunas de las plantas. Todos los espacios disponibles, incluyendo la zona de plantas acuáticas con especies marinas, son visitables gratuitamente. Ello es sorprendente, ya que muchos de los jardines botánicos europeos exigen pagar entrada.
Hablando de economía, llega el momento de poner los pies en una de las calles más pudientes de todo el país y de Europa en general. Se trata de Bahnhofstrasse, la cual puede ser recorrida a pie o incluso en autobús turístico.
¿Eres amante del shopping? Entonces disfrutarás como nunca paseando por allí, habiendo a tu disposición multitud de tiendas que son sinónimas de lujo en estado puro: joyas de oro o diamantes, productos de moda de alta costura y un largo etcétera.
La exclusividad se da cita a lo largo de más de un kilómetro de recorrido, abarcando no solo tiendas, sino también restaurantes. Si la economía te lo permite es buena idea comer en uno de los locales de restauración que hay en Bahnhofstrasse.
Alejándote un poco de esta calle no apta para todos los bolsillos, es posible encontrar restaurantes más asequibles. Un claro ejemplo es el del Zum Kropf en el que podrás degustar la gastronomía típica de esta ciudad suiza, desde salchichas a la parrilla hasta raclettes y, por supuesto, los deliciosos chocolates que te harán gozar al máximo de los postres.
Por la tarde
Gran parte de la tarde estará destinada a la cultura, muy presente en Zúrich. Así lo demuestra el Museo Nacional. La práctica totalidad de turistas que lo ven por primera vez creen estar ante un castillo, pero lo cierto es que se trata de un edificio que tiene en su interior multitud de elementos relacionados con la historia tanto de la ciudad como del resto del país.
Si prefieres el arte, hay un museo altamente recomendable: Kunsthaus. Cuadros de grandes eminencias como Picasso y Van Gogh están en la exposición a la que acuden amantes de la pintura de Europa y del resto del mundo. Y no es para menos, puesto que es una colección de gran trascendencia de la que puedes disfrutar en persona por aproximadamente diez euros.
Zúrich cuenta con una notable cantidad de iglesias. Dos de ellas son imprescindibles. Y es que incluso quienes no son religiosos acaban disfrutando de las visitas a las iglesias de San Pedro y Fraumunster. De hecho, ambas están incluidas en el tour privado que recorre una parte importante de la ciudad.
Si bien es cierto que muchos de los edificios de esta ciudad suiza son bastante nuevos, todo lo contrario sucede con aquellos que están emplazados en Lindenhof: la zona de mayor antigüedad que cuenta con una gran ventaja respecto a las demás, la cual se resume en disponer de un precioso mirador.
Desde esta zona gozarás de un relajante atardecer que precederá a una noche que también es disfrutable. Eso sí, no es el lugar idóneo para amantes del ocio nocturno, sustituyendo los planes de pubs y discotecas por otras alternativas con las que también te lo pasarás en grande.
Por la noche
A finales del siglo XIX se construyó la Ópera de Zúrich. Aunque es aconsejable acceder al interior para admirar al cien por cien la belleza del recinto, verlo por fuera de noche se convertirá en una de las mejores experiencias de las que vivirás en la ciudad, rematando la jornada turística con la actividad más disfrutable de todas.
Por supuesto nos referimos a visitar el lago de Zúrich cuya profundidad media es de unos cincuenta metros. Si solo vas a estar un día en la ciudad es difícil elegir el mejor momento para disfrutar de estas vistas que parecen extraídas de una postal, pero la noche ha acabado convirtiéndose en la principal alternativa de muchos turistas.
Tras verlo de día desde varios miradores repartidos por la ciudad llega el momento de disfrutar a escasos metros del agua. Tanto la desembocadura del Linth como el resto del lago se ven espectacularmente bien en plena noche sobre todo gracias a las luces de los edificios ubicados en la orilla.