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Ya de por sí Marsella tiene muchos atractivos turísticos, tal como vimos en su momento cuando hablamos sobre qué ver en Marsella. Pero lo cierto es que si cruzas la frontera de dicho municipio, puedes dar con muchos otros lugares que también merecen la pena. Claros ejemplos son los pueblos que veremos a continuación.
Todos ellos se caracterizan por estar a poca distancia de Marsella. Precisamente detallaremos los kilómetros que hay que recorrer para llegar a los pueblos, así como los motivos que dan pie a que sea recomendable visitarlos, tanto solo como acompañado por adultos e incluso por infantes. De hecho, toda la zona en general es ideal para ser disfrutada por los más pequeños de la casa.
Châteauneuf-du-Pape
Famosa región vinícola ubicada en el sureste de Francia, en la región de Provenza, específicamente en el departamento de Vaucluse. Esta región es conocida por sus vinos tintos, principalmente elaborados con uvas de la variedad Grenache, aunque también se utilizan otras variedades como Syrah, Mourvèdre y Cinsault.
La denominación de Châteauneuf-du-Pape destaca por su rica historia vitivinícola, que se remonta al siglo XIV cuando el Papa Juan XXII construyó un castillo en la zona y comenzó a promover la producción de vinos en la región. La denominación de origen controlada (AOC) Châteauneuf-du-Pape fue una de las primeras en ser establecidas en Francia en 1936, lo que demuestra la importancia y calidad de sus vinos.
En cuanto a la distancia entre Châteauneuf-du-Pape y la ciudad de Marsella, aproximadamente hay 100 kilómetros de distancia entre ambas. Marsella es una ciudad portuaria importante ubicada en la costa mediterránea y Châteauneuf-du-Pape se encuentra tierra adentro, al norte de Marsella. La forma más común de viajar entre ambas localidades es por carretera, y el trayecto suele llevar alrededor de una hora y media en automóvil, dependiendo del tráfico y las condiciones de las vías.
Aviñón
Ubicada a orillas del río Ródano, es una ciudad con una rica historia, arquitectura impresionante y una herencia cultural excepcional. Conocida mundialmente por el majestuoso Palacio de los Papas y el famoso puente Pont Saint-Bénézet, Aviñón es un destino turístico destacado y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Palacio de los Papas, construido en el siglo XIV, es uno de los mayores palacios góticos de Europa. Este imponente edificio sirvió como residencia para varios papas durante el período del Cisma de Occidente. Con sus enormes salas, capillas y patios, el palacio ofrece una visión fascinante de la historia eclesiástica de la región. Además, alberga exposiciones y eventos culturales a lo largo del año.
Por otra parte, el Puente Saint-Bénézet, conocido comúnmente como puente de Aviñón, es otro ícono de la ciudad. Construido en el siglo XII, el puente atraviesa parcialmente el río Ródano y ha inspirado la famosa canción infantil «Sur le Pont d’Avignon». Aunque gran parte del puente fue destruido por inundaciones en el siglo XVII, sigue siendo un recordatorio evocador de la historia de la ciudad.
El centro histórico de Aviñón, rodeado por sus antiguas murallas, ofrece callejones adoquinados, plazas encantadoras y una gran cantidad de cafés y restaurantes que brindan a los visitantes la oportunidad de disfrutar de la auténtica vida provenzal. Los mercados locales, como el mercado Les Halles, ofrecen productos frescos y regionales que reflejan la rica tradición culinaria de la región.
Tanto Aviñón como Châteauneuf-du-Pape son dos pueblos cercanos a Marsella que pueden visitarse en una sola actividad, concretamente en una excursión que nunca olvidarás:
👉 Excursión a Pont du Gard, Les Baux, Aviñón y Châteauneuf du Pape
Roussillon
Se encuentra en lo alto de un afloramiento de ocre, que ha dado lugar a una paleta de colores cálidos y tierras que definen la identidad visual de la región. La historia de Roussillon se remonta a la antigüedad, y su pasado está marcado por una combinación de influencias romanas, medievales y renacentistas. La presencia de antiguas canteras de ocre ha dado forma a la arquitectura local, con casas de tonos ocres que se integran perfectamente en el entorno circundante. Las calles estrechas y empinadas del pueblo invitan a los visitantes a explorar sus encantadores rincones y descubrir la rica historia que impregna cada rincón.
El ocre, un pigmento natural utilizado en la fabricación de pinturas, ha sido un componente esencial de la economía local durante siglos. En el pasado, las canteras de ocre eran una fuente importante de empleo, y la industria del ocre en Roussillon alcanzó su apogeo en el siglo XIX. Hoy en día, los vestigios de esta industria, incluidas las canteras y los senderos de ocre, ofrecen a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la historia y la geología de la región.
El paisaje que rodea Roussillon es otro aspecto destacado. Los ocres de la tierra se mezclan con los verdes de los viñedos y los campos de lavanda, creando una paleta de colores que ha inspirado a numerosos artistas a lo largo de los años. La región es conocida por sus espectaculares vistas panorámicas, que se pueden disfrutar desde puntos estratégicos.
Lourmarin
Los alrededores de Lourmarin ofrecen un paisaje típicamente provenzal, con campos de olivos y viñedos que se extienden por las colinas. La región es famosa por sus productos locales, incluidos los vinos de la AOC Luberon y el aceite de oliva. Los mercados locales son una oportunidad para probar y adquirir productos frescos y regionales.
Más o menos hay unos 75 kilómetros de distancia entre Lourmarin y Marsella. El viaje en automóvil suele tomar alrededor de una hora. ¿Merece la pena? Sin duda, ya que no solo disfrutarás del pueblo en sí, sino también de una atmósfera que te cautivará desde el primer momento.
Durante el verano, el pueblo acoge numerosos eventos y festivales, desde conciertos de música clásica hasta exposiciones de arte contemporáneo. La cultura y las artes florecen en este entorno inspirador, y el pueblo ha atraído a artistas, escritores y músicos a lo largo de los años.
Gordes
Este encantador pueblo, que forma parte del parque regional de Luberon, ha sido designado como uno de los «Les Plus Beaux Villages de France» (Los pueblos más bellos de Francia). En su momento ya hablamos de las 8 ciudades más bonitas de Francia, pero en este caso estamos hablando específicamente de pueblos.
El atractivo de Gordes radica en su arquitectura tradicional de piedra seca que le confiere un carácter medieval. Las calles empedradas serpentean a través del pueblo, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de explorar encantadoras plazas, callejones estrechos y pasajes cubiertos. Desde casi cualquier punto elevado en Gordes, se puede disfrutar de impresionantes vistas panorámicas de los valles circundantes y los campos de lavanda que pintan la campiña provenzal de tonos violetas y azules durante la temporada.
El centro de Gordes cuenta con una plaza principal animada, la Place du Château, que está dominada por el imponente Castillo de Gordes. Este castillo medieval, construido en el siglo XI y reconstruido en el siglo XVI, ofrece una visión fascinante de la historia del pueblo y alberga exposiciones culturales y artísticas en la actualidad.
Por otra parte, es reseñable que la proximidad al Parque Natural Regional de Luberon brinda oportunidades para realizar caminatas y disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor.
Los tres últimos pueblos que acabamos de describir forman parte de un tour que, desde TipsViajeros, recomendamos fervientemente:
👉 Tour por Roussillon, Lourmarin y Gordes + Mercado provenzal