


Muchas parejas cuando eligen Sitges como lugar para gozar de una velada romántica e íntima lo hacen sobre todo por las vistas. Lo cierto es que hay muchos restaurantes que ofrecen unas skylines espectaculares, pero el nivel que alcanza el Vivero es muy difícil de superar. Y es que hablamos de un restaurante que cuenta con una terraza que sirve a modo de mirador, la cual abarca una superficie de casi trescientos metros cuadrados.
Sumando esta capacidad a la del comedor interior, el restaurante puede dar cabida a un total que supera los 250 clientes, aunque ello no da pie a que las mesas estén excesivamente juntas. Todo lo contrario: el espacio es generoso, por lo que la intimidad se apodera de la comida o cena.
Afortunadamente las vistas también se disfrutan desde la parte de dentro, así que en ambos casos quedaréis maravillados. Y es que no solo se observa el mar, sino también uno de los monumentos más icónicos de Sitges. Nos referimos a la iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla.
Eso sí, cosechar éxito como restaurante romántico en Sitges no exige solamente ofrecer unas vistas privilegiadas, sino también una carta variada y que sea de calidad. Es el caso del Vivero, utilizando productos que respetan la filosofía del kilómetro cero para elaborar una amplia lista de platos con los que logran satisfacer todos los gustos gastronómicos: arroz caldoso de pescadores, fideuá con sepia fresca, gamba roja de fondo a la parrilla en costra de sal, taco de rape al estilo Donosti, solomillo de ternera a la parrilla acompañado de verduritas a la brasa, etcétera.