


Lo primero que llamará vuestra atención es lo bonita que es la casa en la que está ubicado este restaurante romántico de Menorca. Se trata de una construcción a la que se dio forma en el siglo XIX, estando perfectamente conservada y haciendo gala de un estilo que es muy típico de dicha isla balear.
Si ya de por sí el exterior os maravillará, más lo hará el jardín ubicado en el patio. La esencia del Mediterráneo está muy presente en él, invitándoos a estar cómodos y relajados en un ambiente íntimo a la par que acogedor del que disfrutaréis sobre todo por la noche en plena cena, aunque también es aconsejable el Villa Blanca para degustar una buena comida.
En los dos casos degustaréis no solamente platos típicos de Menorca. Y es que en este restaurante también utilizan materia prima de buena calidad que proviene de la Península. Las tapas son perfectas para compartir con el amor de tu vida, aunque de la carta forman parte una amplia lista de platos por los que podéis optar, incluyendo por supuesto unos deliciosos postres para poner el broche a la velada.