Al final de cada día los pescadores se reunían en la calle Infante Dom Henrique y allí asaban, en una pequeña estufa, lo que quedaba del trabajo. Vivían juntos, comían y compartían con quien llegaba. Un concepto familiar que estuvo en el origen de la apertura de Chalavar hace más de 25 años y que permanece hasta hoy.
En el centro del restaurante hay una gran parrilla donde Jorge Fernando prepara de manera única las parrillas (de pescado y carne), que siguen siendo la gran especialidad de la casa. El restaurante tiene dos salas, una dedicada al fado y la otra al músico Zeca Afonso.