Lo primero que destaca del Puente de Piedra es la excelente ubicación que tiene. Y es que en las proximidades está tanto el río como la catedral, además del icónico puente que da nombre al local. Al acceder a las instalaciones se evidencia que la decisión ha sido un acierto absoluto, ya que desde el minuto uno se recibe un trato inmejorable por parte del personal.

Si no sabéis qué pediros, podéis solicitar a los camareros que os sugieran algunos platos. Lo más probable es que os propongan degustar algunas de las carnes que tienen Denominación de Origen: Aliste, una de las mejores. Las elaboran a la brasa y pueden maridarse con vinos de gran calidad.

Puente de Piedra ha obtenido un enorme éxito entre las parejas que no disponen de un gran presupuesto. Y es que el menú del día es uno de los más económicos, sorprendiendo su precio por la generosidad de las raciones y la calidad de los ingredientes.

Eso sí, en caso de que seáis una pareja que dé mucha importancia a la presentación, tal vez sea mejor que os decantéis por otra alternativa. La del Puente de Piedra es muy sencilla. En la cocina prefieren centrarse en otros aspectos que consideran más importantes y, bajo nuestro criterio, es todo un acierto.