


En Dubrovnik es fácil encontrar restaurantes que ofrezcan buenas vistas. Sin embargo, muchos de ellos tienen alguna carencia que puede llegar a ser importante, sobre todo si acudes al local con el amor de tu vida. No es el caso que nos ocupa: en el Posat todo es excelente.
Por ejemplo, estamos acostumbrados a dar con restaurantes que ofrecen una skyline acuática espectacular, pero prácticamente obligan a las parejas a marcharse cuanto antes porque no aguantan sentadas en las sillas, fruto de lo incómodas que son. Todo lo contrario sucede en el Posat: todas ellas son extremadamente confortables y el local es espacioso a más no poder.
El restaurante se encuentra en las proximidades del casco antiguo y en él se sirven pescados a la parrilla de gran calidad, como por ejemplo el pulpo, siendo especialmente recomendables las vieiras.
No hay experiencia tan placentera y gratificante como la de degustar platos como los que acabamos de sacar a colación al mismo tiempo en que se observan unas vistas espectaculares y, por si fuera poco, un pianista ameniza la velada. En efecto, mientras ingerís las elaboraciones gastronómicas, escucharéis buena música que aumentará si cabe el nivel de romanticismo.