


En el año 1970 dio comienzo a su actividad, aunque al principio se trataba más bien de una taberna marinera. A día de hoy está considerado como uno de los mejores locales de restauración que hay no solo en Santander, sino también en el resto de Cantabria. Y no es para menos, puesto que logra destacar especialmente por la enorme calidad que tienen todos sus platos.
Esta gran calidad viene dada por hacer uso de una materia prima excelente. Los ingredientes de la tierra permiten a los cocineros elaborar platos que son tan buenos como variados, abarcando una amplia carta compuesta por pescados -lo cual es muy habitual en Santander-, amén de carnes y muchos entrantes distintos para empezar la velada romántica por todo lo alto. Por supuesto, también se puede terminar de la misma manera con unos postres tradicionales que son elaborados de forma artesanal.
Uno de los platos más exitosos de la Posada del Mar es el de las rabas de calamar, el cual es muy típico de la zona. Son frescas y provienen del cantábrico, pudiendo decirse lo mismo de tantos otros productos alimenticios que satisfacen incluso a aquellos paladares que son muy exquisitos: percebes, gambas y un largo etcétera.