En el Delta del Ebro hay algunos ingredientes típicos que son aprovechados al máximo por los cocineros del Palau del Baró. El objetivo es claro: dar forma a platos de buena calidad que sean disfrutados por los comensales, los cuales en gran medida son parejas que desean vivir una velada romántica e íntima a partes iguales.

Así pues, en el Palau del Baró se elaboran todo tipo de carnes, así como pescados, incluyendo deliciosos mariscos cuya relación calidad-precio es bastante buena. Lo mismo puede decirse de los arroces, recomendando fervientemente las paellas cuyas raciones son generosas.

Los entrantes para picar son ideales para compartir con aquella persona por la que tanto amor sientes: langostinos al romesco, carpaccio de bacalao, atún o pulpo, jamón de bellota con pan con tomate y un largo etcétera. Los postres ponen el punto final a una velada inolvidable con alternativas tan sabrosas como el coulant de chocolate, la tarta tatín con helado de vainilla y la crema catalana.

Aunque el comedor interior suele llamar la atención de las parejas, sobre todo por las paredes de color azul turquesa, conviene destacar que este restaurante dispone de una zona exterior muy acogedora, la cual armoniza la comida o cena romántica con el sonido emitido por la fuente de agua.