El Nazareno y Oro se autodefine como un horno-asador. Ciertamente, los asados son aquellos platos que han dado pie a que este restaurante romántico de Cuenca obtenga un enorme éxito. Tanto los cochinillos como los corderos lechales son altamente recomendables, pero todos los platos que conforman la carta entusiasman a las parejas.

¿Crees que en el Nazareno y Oro solo es posible degustar asados y carnes en general? En absoluto, puesto que la carta es variada a más no poder, ejemplificándolo los pescados, aperitivos y multitud de entrantes entre los que es posible elegir.

El Nazareno y Oro tiene una fuerte conexión con la ciudad de Cuenca. Lo demuestra a la perfección el hecho de que sus vidrieras fueran hechas por Henri Dechanet, es decir, el mismo que en su momento dio forma a aquellas que están presentes en la popular catedral de la ciudad castellano-manchega.

La madera y la piedra son dos materiales que cuentan con una gran presencia en el Nazareno y Oro. Ambos conforman un ambiente cálido que gusta muchísimo a los enamorados, quienes adicionalmente disfrutan de una atmósfera íntima que es perfecta para gozar de una velada romántica.