


En el Michel Sarran no consideran a los comensales como clientes. De hecho, intentan no utilizar nunca esta palabra, ya que todos son tratados como si formasen parte de la familia o fuesen amigos, siempre manteniendo un alto nivel de profesionalidad al dirigirse a ellos.
Las parejas se sienten muy bien en el Michel Sarran no solo por lo ya comentado, sino también por lo acogedor que es el local. Los interioristas acertaron de lleno optando por combinar la madera con los azulejos, aunque lo que más llama la atención es el estilo del que presumen las sillas. Todas ellas son modernas, con unos reposabrazos huecos por dentro y un acolchado que dará pie a que no queráis levantaros por muchas horas que dure la velada romántica.
Por dentro, el local es bonito, acogedor y cálido. Pero, ¿qué pasa con el jardín? Al ser interior, proporciona una impagable sensación de intimidad y privacidad. Además, es luminoso a más no poder.
Tanto si coméis dentro como si optáis por hacerlo en el jardín, quedaréis encantados con el resultado que obtendréis a nivel gastronómico, ya que es uno de los restaurantes mejor valorados de Toulouse.