El Mazo de Santa Comba es, con diferencia, el restaurante con más encanto de Lugo. Lo demuestra a la perfección no solamente su decoración que le sienta bien a las paredes de piedra y al techo de madera, sino también la naturaleza que rodea al salón en el que comeréis.

Contemplar tanta vegetación mientras coméis o cenáis os hará sentir realmente bien. Es una experiencia única que, sin duda alguna, querréis repetir en un futuro. Además, no os gastaréis mucho dinero con tal de disfrutarla, ya que los precios son bastante razonables valorando la generosidad de las raciones y la calidad general.

Algunos de los platos icónicos del Mazo de Santa Comba son las croquetas cien por cien caseras, la chuleta de ternera gallega, el cordero lechal y las anguilas de Portomarín. Para terminar la velada, contaréis con varios postres como las cañas de crema y el pastel de queso.