Es realmente difícil que un bar haga acto de presencia en la Guía Michelin, pero Le Bar des Oiseaux lo ha conseguido. ¿De qué manera? En primer lugar, planteando un estilo culinario que es refinado. Así pues, incluso los paladares cuyo nivel de exigencia es más alto acaban quedando satisfechos al cien por cien tras degustar los platos que se sirven en este restaurante romántico de Niza.

La calidad del producto es muy buena, lo cual se traduce en obtener un excelente resultado en términos de sabores, aromas y texturas. Lo demuestra a la perfección el que seguramente sea el plato estrella de Le Bar des Oiseaux: los raviolis, aunque también es recomendable el ceviche y los calamares.

En cuanto al local, sorprende por su techo alto, así como por las paredes grisáceas que contrastan con el suelo bastante más oscuro. Las instalaciones son confortables y acogedoras, lo cual agradecen enormemente los novios y matrimonios.