


Este restaurante, el cual ha sido premiado con una estrella Michelin, es uno de los pocos que son capaces de enamorarte incluso antes de acceder al interior del local. Ello es fruto no solo del buen aspecto exterior del que hace gala, sino también del bonito jardín que está ubicado alrededor de las instalaciones.
La localización sorprende no solamente por lo bonita que es. A su vez, es reseñable el hecho de que La Salgar da directamente a un museo emplazado en las proximidades: el etnográfico.
La estructura en sí es bastante moderna, destacando de ella el techo de madera que presenta un aspecto típico de buhardilla. Por otra parte, las paredes cuentan con una serie de murales que están pintados.
En referencia a lo puramente gastronómico, La Salgar sorprende incluso a los comensales más exigentes con una cocina de autor de muy buena calidad. Las recetas asturianas se sirven sacando a relucir un menaje que impresiona. Además, gracias al acristalamiento de los enormes ventanales la luz penetra en el interior para permitir observar todos los detalles que forman parte del local.