


Si hubiera que definir el restaurante La Fine Bouche con tan solo dos palabras, sin duda alguna los términos elegidos serían los siguientes: creatividad y libertad. Ambos se hacen evidentes en todas las elaboraciones gastronómicas que entusiasman a los enamorados.
En La Fine Bouche hacen todo lo posible con tal de que la cocina permanezca en contacto directo con el cliente. Esta estrecha relación es vista con muy buenos ojos por los amantes de la gastronomía, quienes sienten que, durante un rato, pasan a formar parte de este local de restauración tan bien valorado por la crítica.
Dependiendo de la estación actual, los platos de la carta cambian por completo. Es decir, ir a La Fine Bouche en verano o hacerlo en invierno, por ejemplo, supone dos experiencias completamente distintas. Por suerte, Burdeos es una ciudad plenamente disfrutable a lo largo de todo el año.
En La Fine Bouche solo tratan con productores locales, no solo para garantizar la calidad de la materia prima. También lo hacen por motivos de responsabilidad medioambiental. En este sentido, es reseñable que reciclan todos los residuos verdes para que el planeta Tierra siga estando muchos años en el mejor estado posible.