En el casco antiguo está ubicado La Claudia. Se trata de una casa que, a pesar de tener a sus espaldas bastantes años de antigüedad, se conserva realmente bien. Así lo demuestra tanto la piedra del interior del local como los azulejos, aunque lo que más llama la atención del restaurante es sin duda alguna su terraza exterior.

De todas las que hay en Altea es la más privilegiada. Y es que al no estar excesivamente cerca del mar permite observar todo el paisaje acuático con una buena perspectiva, obteniendo una skyline que difícilmente olvidaréis.

Si ya de por sí durante el día es asombrosa la imagen de postal que proporciona esta terraza, más si cabe por la noche, puesto que las luces del puerto y de la ciudad transmiten una sensación de romanticismo en estado puro. Lo más recomendable para gozar de una velada íntima es ir a La Claudia a la hora en la que se pone el sol. Así disfrutaréis de un maravilloso atardecer.

Este restaurante romántico de Altea no se habría hecho tan popular entre las parejas si solo ofreciese buenas vistas. Adicionalmente destaca por ser cómodo, siendo un claro ejemplo de ello las sillas del comedor interior que cuentan con reposabrazos. Además, también lo hace por su cocina mediterránea creativa, la cual está muy bien valorada por la crítica.

La carta es variada, pudiendo elegir las parejas entrantes fríos o calientes, carnes, pescados, etcétera. Entre las sugerencias que suelen hacer los camareros a los enamorados se encuentran el carpaccio de gamba roja con huevas de erizos de mar, las mollejas de ternera con puré de mandioca, el bacalao con boloñesa de sepia y la carrillera de ternera Bourguignon. Es destacable que también hay alguna que otra alternativa vegetariana, demostrándolo el cuscús de trigo con verduras de temporada.