


Lo primero a tener en cuenta es que comer o cenar en La Capella exige hacer una reserva. Y es que varios aspectos dan pie a que dicho local esté siempre lleno, lo cual no evita que podáis disfrutar de una velada romántica e íntima a partes iguales, porque la separación entre las mesas es considerable.
La Capella se encuentra emplazado en pleno casco histórico, por lo que la ubicación es excelente. Además, su decoración gusta muchísimo a las parejas, tratándose de un estilo rústico que es acogedor y cálido por igual. Es por ello que los enamorados se sienten como en su propio hogar. De hecho, es una casa que antiguamente, hace cuatro siglos, se utilizaba para la ganadería y la labranza.
Por otra parte, el servicio es acertado a más no poder a la hora de hacer sugerencias. Este aspecto puede comprobarse consultando las opiniones de La Capella que hay publicadas en Internet. Algunos comensales se muestran sorprendidos por haberse dejado llevar por las recomendaciones y quedar encantados con el resultado obtenido no solo en lo referente a la comida, sino también el vino.
En La Capella ofrecen platos tradicionales que elaboran con toques vanguardistas. Los arroces son imprescindibles, aunque también hay otros que harán las delicias de vuestros paladares: foie a la plancha, esgarraet de bacalao, cordero con níspero y uno de los mejores postres que podéis comer en Altea, el brownie de chocolate.