


El restaurante romántico de Badajoz conocido como Gladys abrió sus puertas en el año 1990. Desde entonces, ha mantenido su clave de éxito, la cual consiste en elaborar las recetas con productos frescos. Así pues, la cocina de mercado es su seña de identidad. Para ello, deposita la confianza en los mejores productores de la zona.
En Gladys se alejan todo lo posible de los procesos industriales que tan habituales son en las cocinas de hoy en día. Por el contrario, se decantan por la sostenibilidad y la tradición, dos conceptos que suelen gustar muchísimo tanto a las parejas como al resto de clientes.
Tal vez creas que el hecho de optar por procesos más bien tradicionales da pie a que se pierda cualquier rastro que haga referencia a la innovación, pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que las propuestas también tienen un pequeño toque modernista.
Es destacable que, a pesar de acumular tantos años, en Gladys hay algunos platos que se mantienen inalterados, lo cual es fruto del enorme éxito que han cosechado a lo largo de todo este tiempo. El mejor ejemplo posible es el del solomillo al ajo tostado. Si no sabéis qué pediros, acertaréis de lleno decantándoos por este plato.