


Su nombre no ha sido elegido al tuntún, puesto que este restaurante transmite a las parejas la sensación de estar en una especie de jardín interior. La decoración vegetal de tonalidades verdosas congenia a la perfección con las paredes blancas y el suelo de madera, iluminándose todo el conjunto con unas fuentes de luz que cuelgan del techo.
Basta con echar un vistazo a las opiniones que pueden leerse en Internet para darse cuenta de que El Jardín de Aída es de los restaurantes más recomendables para ir en pareja. La práctica totalidad de clientes coinciden en afirmar que el trato recibido desde que pusieron los pies en el local fue exquisito hasta que la velada terminó con un postre bien presentado y muy sabroso.
El Jardín de Aída no tiene saturado el espacio exterior, sino más bien todo lo contrario. Es decir, las mesas están muy separadas, por lo que las conversaciones íntimas pueden mantenerse sin que se solapen las charlas que tienen lugar en el resto del local.
Es destacable la disposición de tablas que están pensadas para compartir. No saldréis con hambre de este restaurante, habiendo deleitado vuestros paladares con platos cuya calidad es realmente buena.