Para disfrutar de la cocina gaditana no hay nada mejor que optar por este restaurante romántico que suele ser frecuentado por parejas de todas las edades. Empezó su andadura en el año 1964, por lo que es uno de los locales de restauración con más tradición de toda la ciudad.

Aunque El Faro de Cádiz está especializado en pescados, lo cierto es que la carta va más allá abarcando también otras opciones. El objetivo es claro: satisfacer los gustos y las preferencias de todo tipo de comensales.

Los entrantes calientes son ideales para ser compartidos, tal como demuestran los daditos de cazón en adobo y el plato compuesto por camarones y huevos fritos junto a una ración de jamón ibérico de bellota Cinco Jotas.

Al listado hay que añadir tanto arroces como guisos cuya calidad es muy elevada, pudiendo decirse lo mismo de los pescados, los mariscos y las carnes: dorada de estero frita a la gaditana, gambas a la plancha, lomo alto de vaca con patatas fritas al momento y un largo etcétera.

Por otra parte, El Faro de Cádiz es un restaurante muy amplio. Cuenta con un total de ocho salones, incluyendo algunos que son independientes para que podáis gozar del mayor nivel posible de intimidad.