


Bienvenidos a un mesón oscense que abrió sus puertas en el año 1985. No tardó en alcanzar un alto nivel de popularidad por lo variada que era -y sigue siendo- la carta, así como por su menú cuya relación calidad-precio es imbatible.
Hablando de la carta, tienen una importante presencia los platos elaborados con ingredientes que provienen de los valles de Huesca. Claros ejemplos son el canelón de ternasco y las costillas de cordero, destacando ambas elaboraciones por su Denominación de Origen: Aragón.
Eso sí, no penséis que solo hay carnes. La carta va más allá abarcando también varios productos del mar. Merecen una mención especial los deliciosos arroces, amén del tataki de atún.
En caso de que seáis una pareja a la que le gusta mucho hacer cenas románticas, tenéis que saber que solo podréis disfrutar de ellas los viernes y sábados. El resto de días de la semana -exceptuando los lunes en los que el restaurante está cerrado-, Doña Taberna abre solo para desayunar y comer.