


Cada vez hay más parejas que, antes de reservar mesa en un restaurante, se aseguran de que la relación calidad-precio será buena. Si vosotros también lo hacéis, no tengáis dudas con la Casa de María Andrea, ya que en este local se come realmente bien a pesar de no tener que pagar una cuenta muy elevada, sino más bien lo contrario.
El precio os parecerá bastante bajo teniendo en cuenta todo lo que habréis comido, amén de la calidad de la que hacen gala los ingredientes. Quizá la presentación no esté tan trabajada como en otros restaurantes de mayor categoría, pero gracias a estos pequeños detalles, el precio se ve reducido para que la velada romántica pase a ser notablemente más asequible.
La Casa de María Andrea es muy bonita tanto por dentro como por fuera. La piedra domina el exterior, aunque también está presente en el interior. Las paredes de dicho material congenian a la perfección con los techos de madera, generando un contraste visual junto a las columnas blancas. El resultado en términos visuales es realmente atractivo, por lo que no sabréis si mirar los platos o el local en sí.