


En el año 1912 se dio forma a un local que ya de por sí sorprendía en su momento, haciéndolo más si cabe hoy en día gracias a su decoración clásica. Todos los elementos ornamentales que están presentes en el Café Royalty son sinónimos de romanticismo, siendo un claro ejemplo las pinturas elaboradas por eminencias de la talla de Felipe Abarzuza.
La carpintería es artesana, lo cual se evidencia en muchos de los rincones del catalogado como el restaurante más romántico de Cádiz. A su vez, llama mucho la atención el pan de oro fino, un material que recubre una parte de la estructura ocultando así el color original del yeso.
Por supuesto, la exquisita decoración también pasa por poner a disposición de los comensales un mobiliario típico de la época: principios del siglo XX. No solo hablamos de mesas y sillas, sino también de butacas e incluso sofás, por lo que estaréis muy cómodos disfrutando de la velada romántica.