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Escocia es uno de esos destinos que son sinónimos de versatilidad en estado puro, satisfaciendo a los amantes de la naturaleza, las grandes ciudades, etcétera. Si a ti también te apasionan las urbes con mucha historia, Glasgow es un lugar que no te puedes perder.
Pero, ¿y si solo dispones de un día? Es suficiente para gozar de los encantos con los que cuenta esta ciudad escocesa con una superficie de más de 150 kilómetros cuadrados, aunque para ello asegúrate de seguir un plan turístico como el nuestro. De hecho, hay free tours que abarcan las mismas actividades y que tienen lugar en una sola jornada, aprovechando así al máximo tu estancia en Glasgow.
Por el día
Glasgow es una de las ciudades europeas con una mayor cantidad de museos cuya entrada es gratuita al cien por cien. Entre todos ellos el más recomendable es el Kelvingrove. Eso sí, acostumbra a tener una gran afluencia de turistas. Es por este motivo que conviene empezar tu jornada turística por dicha actividad.
En este museo verás no solo obras de arte que combinan varios géneros y épocas, sino también elementos propios de las Ciencias Naturales si acudes a la sala dedicada a dicha temática. Además, los exteriores del Museo Kelvingrove son tan bonitos como los interiores, destacando por el parque que le rodea.
Cuando salgas de este popular museo es probable que des con algún que otro mural. ¿Sabías que está considerado como un arte por los lugareños? En efecto, habiendo ciertos conjuntos que impactan visualmente. Los mejores de la ciudad pueden ser vistos con un tour especializado que te llevará por murales de lo más sorprendentes.
Es importante hacer esta actividad por el día, ya que solo así apreciarás las combinaciones de colores. De esta manera comprenderás lo que cada artista quería transmitir en el momento en que dio forma a su propio mural.
Algo similar sucede con el jardín botánico, otro enclave turístico que sí o sí tienes que ver si visitas Glasgow en un día. Este lugar no luce con todos sus encantos si acudes a él por la tarde-noche, así que asegúrate de que la luz natural diurna ilumina bien el entorno cuando pongas los pies en estas más de diez hectáreas repletas de naturaleza.
Aunque son muchos los puntos atractivos que hay en el jardín botánico de Glasgow, ninguno de ellos te sorprenderá tanto como el Kibble Palace. Hablamos de un invernadero que data del siglo XIX. El exterior te maravillará con su estructura hecha por medio de hierro forjado, pero cuando accedas al interior no podrás evitar quedarte con los ojos como platos, especialmente al contemplar su majestuosa cúpula.
Después de visitar uno de los jardines botánicos más bellos de todo el Reino Unido llegará el momento de comer. ¿Sabías que puedes hacerlo sin colas de ningún tipo en el Hard Rock Café? Así es. Saliendo de los jardines atravesarás un río y en no mucho tiempo llegarás al mítico restaurante que se ubica en las proximidades del Teatro Ateneo, en la Plaza Nelson Mandela.
Por la tarde
La tarde es plenamente disfrutable en una ciudad como Glasgow. Hay multitud de atractivos considerados imprescindibles, entre ellos The Lighthouse. Es una referencia del país a nivel no solo de diseño, sino también de arquitectura. De hecho, detrás de su creación está toda una eminencia del sector: Charles Rennie Mackintosh.
Parte de su vida está detallada en el museo gratuito ubicado en las mismas instalaciones, aunque lo más sorprendente es el mirador que se emplaza en la parte de arriba. Para acceder a él hay que subir unas escaleras que tienen la tradicional forma de caracol, disfrutando al llegar de unas muy buenas vistas de la ciudad.
La tarde continúa en otro lugar indispensable de Glasgow: Ashton Lane. Si has visitado otras grandes ciudades europeas te recordará al típico casco histórico. En este caso hay repartidos por la zona numerosos locales especializados en whisky.
Hablamos de la bebida escocesa por excelencia, siendo después de la comida un buen momento para degustarla viendo pasar al mismo tiempo a numerosos turistas que recorrerán esas calles. Y es que los encantos de Ashton Lane no terminan en los pubs, sino que las propias casas allí emplazadas dan forma a un conjunto visual muy bonito.
Retomando lo referente a los bares, en algunos de ellos se interpretan piezas musicales en riguroso directo, generando un buen ambiente para posteriormente gozar de una cena en un restaurante sin necesidad de desplazarte, lo cual agradecerás teniendo en cuenta el cansancio que arrastrarás debido a todo el día sin parar de moverte por Glasgow.
Por la noche
Te encuentras en Ashton Lane y hay muchos locales en los que es posible cenar. Pero, ¿por qué restaurante optar? Tienes muchas alternativas, aunque la mejor sugerencia posible es la del Ubiquitous Chip. No son de extrañar sus excelentes reseñas, ya que desde el año 1971 lleva ofreciendo un trato de diez a todos los comensales, brindándoles una impagable hospitalidad.
El interior es puramente rústico, pudiendo admirar la belleza del local al mismo tiempo en que degustas la mejor comida de Escocia con recetas elaboradas tradicionalmente y de la manera más artesanal posible.
Si todavía te queda energía, en tan solo cinco minutos a pie llegarás a un local que sí o sí ha de ser visitado si estás en Glasgow. Nos referimos al Òran Mór. Si su nombre te sorprende más lo hará la estructura de este pub. Y es que inevitablemente te recordará a una iglesia. Ello no es de extrañar, puesto que anteriormente era un edificio religioso y acabó reconvirtiéndose en uno de los bares más recomendables de toda la ciudad.
Tras una noche repleta de música y de buena bebida podrás apartarte del bullicio, así como desconectar del ruido y respirar aire puro, sin tener que hacer una ruta de varios kilómetros. Todo lo contrario: en solo cuatro minutos llegarás al río Kelvin, despidiéndote de Glasgow con unas vistas fluviales privilegiadas en plena noche escocesa.