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Hay algunas ciudades europeas que no se disfrutan en caso de pasar allí tan solo un día. No es el caso de Burdeos. Si por unos u otros motivos podrás pasar únicamente 24 horas en esta ciudad de Francia, estás de enhorabuena. Y es que sus diversos monumentos y otros atractivos turísticos son disfrutables en ese período de tiempo, siempre y cuando sigas un plan como el que leerás en próximas líneas.
Por el día
Continuando con las referencias al continente europeo, hay una plaza en Burdeos que está considerada como una de las de mayor tamaño. Hablamos de la Place des Quinconces por la cual es aconsejable empezar tu jornada turística. De hecho, los free tours casi siempre empiezan por esta localización.
Y no es para menos, puesto que además es muy céntrica, conectando a la perfección con el resto de monumentos que hay en Burdeos. Esta plaza fue construida en el siglo XIX, concretamente en un terreno en el que se ubicaba el ya desaparecido Castillo Trompette.
Sus doce hectáreas están repletas de encantos, los cuales son visitados día tras día por ingentes cantidades de turistas. Es por este motivo que se recomienda empezar siempre el día de actividades turísticas por la Place des Quincones.

Esta plaza está cerca del siguiente enclave a visitar: Les Bassins de Lumières, a aproximadamente un cuarto de hora en coche. Ten en cuenta que no es gratuito, debiendo destinar 13,5 euros a cada entrada. ¿Merece la pena? Por supuesto, ya que ningún otro centro de arte digital a nivel europeo tiene la trascendencia y la belleza de éste.
Antiguamente era una base que se utilizaba para los submarinos empleados durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad es un recinto que sorprende por su originalidad: el agua y los movimientos ondulantes van produciendo alteraciones visuales en las obras artísticas que están pintadas en las paredes.

Hay algunos monumentos de Burdeos que están catalogados como Patrimonio Histórico de la Humanidad. El mejor ejemplo posible es el de la Catedral de Burdeos ubicada a cinco kilómetros. La estructura original de estilo románico, la cual empezó a construirse en el siglo XI, ya no está muy presente en el conjunto. Y es que las remodelaciones le han conferido más bien un diseño puramente gótico.

A diferencia de otras grandes catedrales europeas, acceder a la de Burdeos no exige el desembolso de ni un solo euro. En efecto, es gratuito disfrutar de los interiores de este recinto que sorprenden tanto o más que los exteriores.
Un kilómetro y medio separa la catedral de Burdeos de tu próximo destino: Pallais Gallien. Básicamente son unos vestigios de la civilización gala que fundó la Burdeos que conocemos hoy en día. Lo hizo en el siglo III antes de Cristo. Desafortunadamente la práctica totalidad de esa ciudad romana cayó en el olvido tras ser derribada.
Por suerte, no sucedió lo mismo con todos los monumentos. A día de hoy sigue en pie una parte del palacio Gallien, un anfiteatro que puede continuar siendo admirado de manera parcial, concretamente contemplando ciertos muros, algunas arcadas y una puerta que daba acceso al recinto.

Después de estar varias horas recorriendo Burdeos tendrás hambre. A solamente diez minutos de esos vestigios que acabarás de visitar se encuentra el considerado por muchos como mejor restaurante de la ciudad. Hablamos del Influences que, a pesar de no tener precios prohibitivos, ofrece una gran calidad y un trato al cliente realmente bueno.
La gastronomía francesa puede degustarse en un local en el que siempre hay buen ambiente y que está perfectamente ubicado en Burdeos. Si quieres hacer gozar a tu paladar, más allá de los entrantes y los platos principales es recomendable optar por un postre típico de la zona: los canelés. Para descubrir todas las recetas por las que esta ciudad es popular en toda Europa puedes decantarte por hacer un tour gastronómico.
Por la tarde
Tras terminar la comida, dirígete al río Garona y crúzalo por el Pont de Pierre, otro de los iconos de Burdeos. De esta manera en pocos minutos llegarás a unas instalaciones que se disfrutan especialmente por la tarde: el Jardín Botánico que combina vegetación y agua para dar forma a un lugar de naturaleza en estado puro.

Obviando los elementos naturales en sí, es destacable que todos ellos están ubicados delante de una fachada que data del siglo XVIII. El conjunto es muy agradable de ver, pudiendo dar un relajante paseo para recargar pilas con tal de disfrutar de la siguiente actividad.
El vino es muy importante en Burdeos y, como tal, merece ser disfrutado aprovechando una parte de la tarde. Para ello tienes la posibilidad de apuntarte a un tour específico que empieza a tres kilómetros de donde te encuentras, concretamente en la estación de tranvía de Chartrons.
Si te gusta el enoturismo no te puedes perder esta actividad que, por supuesto, también incluye la degustación de los mejores quesos que combinan realmente bien con los vinos que probarás en Chartrons, un barrio de referencia para todos los amantes de la buena bebida.
Por la noche
Hay varias actividades disfrutables en plena noche de Burdeos. Una de las que más gustan a los turistas se resume en ir al Miroir d’eau, una piscina reflectante. El agua actúa a modo de espejo de grandes dimensiones, consiguiendo este efecto gracias al escaso nivel de profundidad al que está el líquido elemento, llegando como máximo a los dos centímetros.
Aunque durante el día el efecto reflectante también es asombroso, sorprende más si cabe con las luces nocturnas que se encienden en el edificio que hay justo delante. Se trata del Palacio de la Bolsa que ya de por sí es bonito, pero el nivel de belleza aumenta al ser duplicado visualmente por las placas repletas de agua.


En las proximidades hay un restaurante muy recomendable para disfrutar de una cena: SOIF, un bistró especializado tanto en gastronomía local como en buenos vinos que degustarás con una excelente relación calidad-precio.