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El sur de Francia es ideal para hacer una ruta por pueblos medievales, porque lo tenemos aquí al lado, podemos ir con nuestro coche sin problema o alquilar uno y empezar a recorrer los pueblecitos llenos de historia y de paisajes pintorescos, algunos de ellos enclavados en precipicios. Con una geografía accidentada y una cultura única, es un auténtico contraste con la habitual elegancia de otros lugares de Francia como la mismísima París.
Pasear por las estrechas y empinadas calles empedradas flanqueadas por bonitas y coloridas casas de piedra, vaguear por los cafés y restaurantes en terrazas que flanquean la fuente y la plaza del pueblo… ¿Se te ocurre un plan mejor?
Villefranche-de-Conflent

Esta antigua ciudad mercantil, capital del Conflent y clasificada como una de Les Plus Beaux Villages de France, ha conservado muy bellas huellas de su historia y de su condición de sitio defensivo. Así, las murallas y la torre de la Viguería, construidas por el Conde de Cerdaña en el siglo XI, luego reforzadas por las fortificaciones de Vauban en el siglo XVII y el Fuerte Liberia, recientemente declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, o las tiendas y casas de notables o ricos comerciantes…
Vilafranca fue fundada en el año 1090 por Guillermo Ramón, conde de Cerdaña, y fue formando parte sucesivamente de diferentes casas de la época.
Saint-Jean-Pied-de-Port

En la región de Nueva Aquitania, a 30 minutos de Biarritz, Saint-Jean-Pied-de-Port es una parada popular en el Camino de Santiago. El rey de Navarra construyó una fortaleza en una colina sobre el río Nive en el siglo XII, y el pueblo creció a su alrededor.
Saint-Jean se convirtió en un próspero centro comercial, una fortaleza militar y un lugar religioso. Su historia se refleja en su arquitectura: la ciudadela del siglo XVII, las murallas del siglo XIII, la calle de España, llena de casas de artesanos y comerciantes, y el gótico Nôtre-Dame du Bout du Pont. La prisión del siglo XIV es un museo.
Les Baux-de-Provence

Les Baux-de-Provence, más conocido simplemente como Les Baux, tiene una atmósfera mágica con pequeñas plazas, terrazas sombreadas, estrechas calles empedradas y pequeñas tiendas. El pueblo está clasificado con el sello de calidad de Los pueblos más bellos de Francia.
Todo el municipio se basa en el turismo, la producción de los vinos de Baux-de-Provence y los talleres de artesanía local.
Son de visita obligada el Castillo de los Baux, la Iglesia de San Vicente, los Museos de Santons y las monumentales Carrieres de Lumieres, donde se realizan extraordinarios espectáculos multimedia.
Najac

Najac se encuentra situada en un meandro en la garganta del Río Aveyron y ostenta la distinción de Les plus beaux villages de France, Pays d’Art et d’Histoire des Bastides de Rouergue, Association des Sites Remarquables du Goût y Station Verte de Vacances, entre otras cosas debido a su castillo del siglo XII (construido originalmente por los Condes de Toulouse y reformado con posterioridad).
A lo largo de una cresta rocosa, dominada por una fortaleza antaño codiciada por los reyes de Francia e Inglaterra, Najac extiende sus casas con sus tejados de lauze sobre las gargantas salvajes del Aveyron.
Conques

Conques se encuentra en el valle del río Dourdou de Conques, en el sudoeste del país, en el corazón del valle del Lot. Es uno de los centros de peregrinación más importantes de Francia gracias a la abadía de Sainte-Foy. Los peregrinos empezaron a llegar a este lugar en el siglo xi cuando los monjes de la abadía obtuvieron las reliquias de Sainte Foy, una de las primeras mártires cristianas.
Eus

Entre el valle del Conflent y el Monte Canigou, en la región de Languedoc-Rosellón, Eus ofrece sus fachadas en terrazas bajo el cálido sol catalán, complementadas por una exuberante vegetación. El núcleo de Eus es un pueblo muy bonito que ha conservado el aspecto más tradicional y pintoresco del Conflent.
Este antiguo sitio defensivo tuvo que repeler a los franceses en el siglo XVI y al ejército español en el XVIII. Hoy en día, en lugar de la antigua ciudadela está la imponente iglesia de San Vicente a cuyos pies corren las empinadas calles empedradas.
Castelnou

A unos veinte kilómetros al suroeste de Perpiñán, Castelnou está situado al pie de las montañas de Aspres con el Canigou, la montaña mítica de los catalanes, como telón de fondo.
Dominando el pueblo, el castillo vizcondal, que fue construido en el año 990 por el señor feudal de Castellnou, ha tenido que adaptar su forma pentagonal a los bordes escarpados e irregulares de la roca que lo alberga. Durante la Revolución francesa, el castillo fue abandonado después de haber sido saqueado. En 1897 fue restaurado y finalmente, en 1981 fue comprado por una sociedad privada que se encarga de la conservación y explotación turística del castillo.
Navarrenx

A unos treinta kilómetros al oeste de Pau y a unos veinte kilómetros al norte de Oloron-Sainte-Marie, Navarrenx es una de las ciudades más antiguas de Béarn. Una parada en los caminos que conducen a Compostela, esta bastida medieval es también la primera ciudad abaluartada de Francia…
La Couvertoirade

En el altiplano de los Causses du Larzac, La Couvertoirade cuenta varias historias: la de los Templarios que construyeron el castillo en el siglo XII, la de los Hospitalarios que, en el siglo XV, les sucedieron y encerraron la ciudad en una corona de murallas, y luego la del apogeo económico y demográfico del pueblo con sus bellas residencias de los siglos XVI y XVII.
Su patrimonio medieval (que incluye un recinto amurallado y restos de la antigua comandancia templaria) le vale estar en la categoría de Les plus beaux villages de France.
Cordes sur Ciel

Cordes o Cordes-sur-Ciel está situado en el departamento de Tarn. Es un pueblo medieval situado sobre un monte con cuatro murallas concéntricas que protegen un conjunto de calles estrechas y tortuosas parecidas a un laberinto.
El primer recinto, datado de principios del siglo XIII, es aún más visible desde la cima del monte. La iglesia de Sant Miquel, con un campanario muy particular, se comenzó a construir el 1263 y se fortificó el siglo XIV. Las fortificaciones fueron modificadas varias veces hasta el Renacimiento.
Lauzerte

Situada sobre los valles y colinas del Quercy Blanc, esta bastida creada en el siglo XII por el Conde de Toulouse se encuentra en la «via Podiensis», uno de los caminos que conducen a Santiago de Compostela. Quedan numerosos testimonios de este pasado histórico y religioso: la plaza central y su antiguo pavimento, las casas de piedra o de entramado de madera, el jardín del peregrino…