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Al estar prácticamente en el otro lado del mundo, Oceanía, y especialmente Nueva Zelanda es un destino muy atractivo a la hora de elegir el lugar de nuestras próximas vacaciones. Los paisajes verdes y naturales son el mayor atractivo turístico, pero también hay que hacer hueco a la rica gastronomía del lugar.
La cultura gastronómica de Nueva Zelanda es casi tan rica como la dieta mediterránea. La variedad de productos que hay en los platos neozelandeses, junto a la frescura de los alimentos autóctonos hace que la gastronomía de este país sea digna de probar. Si estás planeando un viaje a esta parte de Oceanía, no te pierdas este artículo para saber qué comer en Nueva Zelanda.
En muchas ocasiones, pensamos que una cultura alejada en la distancia tiende a ser muy diferente a la nuestra. Sin embargo, Nueva Zelanda ofrece una variedad gastronómica muy interesante, muy parecida a las dietas europeas, y sobre todo, apta para todos los estómagos.
Productos frescos
Como Nueva Zelanda es una gran isla, destaca sobre todo la diversidad de productos marinos, tanto pescados como mariscos, pero realmente no tienen demasiado protagonismo en los platos típicos de Nueva Zelanda.
Por el contrario, y aunque nos parezca sorprendente, lo que más se consuma en la dieta neozelandesa son las carnes, sobre todo la carne de cordero, al igual que la carne de cerdo e incluso de venado.
Aquí hay que hacer una distinción, pues las etnias aborígenes de la isla tienen una gastronomía especial, en la que tanto el marisco como el pescado sí tiene un papel fundamental. En este caso, la cocina maorí es muy famosa, y de su gastronomía, destaca el “hangi”, que es una especie de estofado cocinado en el suelo con piedras al rojo vivo. Suele llevar carne o pescado -hay muchas variaciones- y después se cocina con los vegetales y otras plantas de la zona.
Platos típicos
En cuanto a la gastronomía kiwi, es decir, la que no pertenece a ninguna de las minorías étnicas de aborígenes, debemos destacar un par de platos que no debemos dejar de probar cuando visitemos la isla. Uno de ellos es la pierna de cordero asada, también llamada “Colonial Goose”. El nombre puede dar lugar a confusiones, pero se debe a la falta de gansos en la época de la colonización, y al intento por parte de los colonos por preparar comida similar. Se marina con vino tinto para darle el aspecto de un ganso, y después se cocina con cebollas, pan rallado o cebolletas.
Fruto de la influencia británica, también se elabora el famoso “Fish and Chips” típico de Reino Unido. De hecho, la elaboración es casi idéntica, y en lo que suele variar es en la clase de pescado que se cocina.
Y en cuanto a los postres, los más golosos podrán disfrutar del pastel nacional, la Pavlova, llamado así por la famosa bailarina. A pesar de que hay un debate por la autoría de la receta entre Australia y Nueva Zelanda, es casi una obligación degustarlo cuando visitamos cualquiera de los dos países del continente. Y es que pesar de que a simple vista puede ser muy empalagoso, el merengue es bastante suave, con una capa crujiente por encima. Además, se suele decorar con diferentes condimentos, desde frutas como las fresas o plátano, o hasta con gominolas y otros caramelos.
Para beber
Tampoco podemos olvidarnos de la bebida cuando visitamos este país. Los vinos de Nueva Zelanda están muy bien considerados, y los habitantes de ciertas zonas producen vinos de gran calidad. Es el caso del famoso Chardonnay de Gisborne, o el cabernet de Hawkes Bay. Si nos interesa este tema, incluso se podría organizar un tour vinícola por las diferentes zonas de Nueva Zelanda.